EL CANTO DE LA TINIEBLA, de Dino Campana




La luz del crepúsculo se atenúa:
¡Inquietos espíritus, sea dulce la tiniebla
Para el corazón que ya no ama!
Manantiales manantiales hemos de escuchar,
Manantiales, manantiales que saben
Manantiales que saben que hay espíritus
Que hay espíritus que están escuchando...
Escucha: ¡la luz del crepúsculo se atenúa
Y para los inquietos espíritus es dulce la tiniebla;
Escucha: te ha vencido la Fortuna
Pero para los corazones ligeros otra vida está a las puertas:
No hay dulzura que pueda igualar a la Muerte
Más Más Más
Comprende a quien aún te acuna
Comprende a la dulce muchacha
Que dice al oído: Más Más
Y de pronto se eleva y desaparece
El viento: que vuelve del mar
¡Y de pronto sentimos jadear
Al corazón que más nos amó!
Miramos: ya el paisaje
De los árboles y las aguas es nocturno
El río se aleja taciturno...
¡Pum! ¡mamá ese hombre allá arriba!

Comentarios