ENTIERRO DE BARBUSSE, Raúl González Tuñón



Un viento de banderas

Un viento rojo de banderas rojas,
un viento de banderas primaveras,
un viento de banderas,
un viento de banderas mariposas

Y tus cenizas llamas,
tus cenizas estrellas,
un viento de banderas,
un viento vuela y pasa.

Adiós a tus cabellos que caían
sobre la frente, a tus manos en hueso,
a tu figura desgarbada,
al Iento relato de tu voz
ya tu mirada silenciosa y antigua.
Un viento de banderas.

La pasión, el fervor y la aventura,
el primer combatiente en nuestra guerra
contra la guerra,
contra el fascismo,
contra la burguesía. El primero.
Un viento de banderas.

No te lloramos.
El sentimentalismo no cuenta:
no lloramos la irremediable muerte,
la lógica caída a la ceniza,
el viraje al gusano.
No te lloramos pero te lloramos.
Un viento de banderas.

Te lloramos como a un combatiente,
como al mejor que se nos va.
Soñabas mediodías apacibles
con hules y manzanas y persianas.
Doblado y fatigado aún seguías al frente
de las tropas de choque
del pensamiento revolucionario.

Un viento de banderas golondrinas.

Aún seguías al frente luchando por los hombres,
por la emancipación del escritor, el campesino y el obrero.
Adiós viejo Barbusse, cher camarade.

Un viento de banderas aeroplanos.

25 muchachas
llevaban tus 25 libros como espadas.
Miles de niños
seguían la carroza florecida.
Detrás, los mutilados.

y un viento de banderas.

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