NOCTURNO, de Gerardo Diego

 


A Manuel Machado.

Están todas.

También las que se encienden en las noches de moda.

Nace del cielo tanto humo
que ha oxidado mis ojos.

Son sensibles al tacto las estrellas.
No sé escribir a máquina sin ellas.

Ellas lo saben todo.
Graduar el mar febril
y refrescar mi sangre con su nieve infantil.

La noche ha abierto el piano
y yo las digo adiós con la mano.

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