EN EL FONDO DE LA NOCHE TIEMBLAN LAS AGUAS DE PLATA, de Gabriel Celaya

 


En el fondo de la noche tiemblan las aguas de plata.

La luna es un grito muerto en los ojos delirantes.

Con su nimbo de silencio

pasan los sonámbulos de cabeza de cristal,

pasan como quien suspira,

pasan entre los hielos transparentes y verdes.

Es el momento de las rosas encarnadas y los puñales de acero

sobre los cuerpos blanquísimos del frío.

En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio;

los hombres gritan tan alto que solo se oye la luna.

Es el momento en que los niños se desmayan sobre los pianos,

el momento de las estatuas en el fondo transparente de las aguas,

el momento en que por fin todo parece posible.

En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio.

Decidme lo que habéis visto los que estabais con la cabeza vuelta.

La quietud de esta hora es un silencio que escucha, 

el silencio es el sigilo de la muerte que se acerca.

Decidme lo que habéis visto.

En el fondo de la noche

hay un escalofrío de cuerpos ateridos.

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