YO COCINÉ TU CORAZÓN DE FIERA, de Carilda Oliver Labra


 
Yo cociné tu corazón de fiera
  y el alma te sirvió su clavo.
Ahora hay un dolor que nunca lavo,
ya no filtra en nosotros primavera.

Con algún lápiz me manejo el luto
y voy al cementerio y cojo llamas,
mi amor, que se ha bajado de las camas,
asume cada noche el absoluto.

Por eso te nombro (casi creces
en la acera con polvo algunas veces).
Otro martes al fin está lloviendo

Ay, razono, comercio, trago espina,
y unas ganas de amante y de asesina
me tumban sobre ti, muerto tremendo.

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