REHENES DE OTRO MUNDO


En el crisol de las pasiones
funden palabras ávidas del deseo
y entremezcladas con los cuerpos
miran de soslayo los tiempos ya pasados.

En la bruma asciende el oleaje
salpicaduras de un fervor salado
precipitan la carne al naufragio
¡Ciudad sin nombre!
¡Miradas de hiel!

Las pupilas arrancadas de sus ojos
son ensartadas con el hilo de la piedad
¡Braman con violencia la vida
en la mirada del huracán!

Sus lenguas anudadas
a las manecillas de los relojes
retuercen en cada oscilación del péndulo
los llantos ahogados de sus hijos.

Rehenes de un mundo acompasado
con la respiración de los difuntos
vierten las chispas desprendidas
de la fragua de la libertad
en el silencio de los pesares.

En el trueque de la calavera
emanan haces de luz
por entre las cuencas
¡A mí las tinieblas!

En el cerco del abismo
los huesos tintinean al son
de los lamentos de los juglares
¡astillados, desechos!

Y si asaltara un viento perfumado
desmenuzados, hechos cenizas
¡Dispersaos!

Que no dé cuenta nadie
que alguna vez alguien pudo tocaros
¡Que no dé cuenta nadie!
que unos ramilletes de narcisos
en vuestra boca anidaron.

LAURA LÓPEZ

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